martes, 25 de diciembre de 2012

NAVIDAD



Hoy, día de Navidad de 2012, muchos de nosotros nos hemos sentado alrededor de una mesa en la que hemos compartido alimentos- fuera de nuestro menú cotidiano-, palabras e incluso canciones con nuestros seres queridos, hemos burlado por unas horas el oscuro panorama de la crisis que nos cerca, nos hemos llenado de buenos deseos, y no hemos sido conscientes- voluntariamente, o sin darnos cuenta- del panorama mundial tan desolador que nos rodea. Nochebuena y Navidad son fiestas familiares en las que parece que es obligatorio estar contentos y reírse, ejercer el escapismo de los problemas que nos agobian, fingir que aquí no pasa nada y encender las luces de los árboles y de los belenes...
Todo esto está muy bien, la tradición es la tradición, pero no debemos de olvidar a quienes no tienen tanta suerte como nosotros, no debemos de dejar de mandar amor a quienes lo están pasando mal, y, quizá, sería más hermoso enviarles la luz de nuestra solidaridad que la de nuestros iluminados abetos y pinos.
Por todo esto, os dejo aquí estas dos canciones, ya tienen sus años- muchos-, pero siguen estando vigentes, por desgracia. Mi deseo es que llegue un día en el que estas imágenes y estas letras dejen de tener sentido- el sentido que tienen ahora-, y que el mundo sea un lugar en el que se cumplan las utopías de la PAZ y del AMOR UNIVERSAL. Está en nosotros el poder de cambiar las cosas, es un largo y difícil camino, sigamos caminando por él. Y si alguien no ha comenzado a hacerlo, o se ha desanimado por la lejanía de la meta y lo abrupto del recorrido, que se ponga en marcha, y que la fuerza de la esperanza le llene de energía. Podemos cambiar el mundo, debemos de hacerlo más habitable y más justo. Caminemos todos juntos y hagamos que se escuche nuestra voz como un solo clamor...

7 comentarios:

Rosa dijo...

Gracias por recordarnos que esa fea costumbre de mirarnos tanto el ombligo a veces impide que veamos el dolor de este mundo, que no cambia por mucho que pasen los años.

No sé si estos niños oyeron hablar alguna vez de la prima de riesgo o de rescates comunitarios... seguro que no, bastante tuvieron aprendiendo a sobrevivir, los que lo lograran.

¡Feliz Navidad! un año más sin noticias de dios.

Gracias María, me lo llevo a mi muro si no te importa

Laura Caro Pardo dijo...

Querida María:

Tienes toda la razón. Deberíamos mirar más allá de nuestras pequeñas realidades y ver las de los demás.
Siento como tú, esa desolación que vive tan cerca de nosotros, paralelamente a nosotros...

Un abrazo enorme y mil gracias por esta entrada necesaria.

Arvikis dijo...

Hermoso mensaje para un día de Navidad. Sería estupendo que los seres humanos fuésemos libres de verdad, pero llegamos aun mundo de esclavos, regulado por un poder diabólico, que a veces no tiene cara visible, y formamos parte de ese engranaje o sucumbimos a el y a veces hasta es difícil identificarnos con nuestra propia especie y doloroso formar parte de esta barbarie sin límites. Algún día seremos libres de verdad, pero es necesario romper las cadenas y salir de la cueva, y decir NO. Un abrazo solidario a todo el que lo necesite. Y como no, a la autora de este blog y a sus seguidores.
Javier

La Solateras dijo...

Querida María,

Totalmente de acuerdo en la teoría. Lo difícil es llevarlo a la práctica. Personalmente me siento tan desolada como tú y como todos tus lectores, pero también invadida desánimo. Ese poder diabólico al que alude Javier es implacable. Besos mil.

Isolda Wagner dijo...

Querida María: Cuánto nos falta para ponernos en los zapatos del otro! Necesitamos instantáeas como estas, canciones y momentos especiales, pero luego, por suerte o por desgracia, nos olvidamos de la suerte que tenemos, siquieraa los que podemos expresarnos a través de este medio. Sin duda, ss unos privilegiados; también por tenerte a ti como amiga.
Gracias or tu texto y miles de besos.

ANTONIO CAMPILLO dijo...

Coincidimos en la vanalidad de una felicidad forzada en este Occidente de nuestros males con su inmenso poder decadente. Y coincidimos en la inmensa pasividad que se esconde bajo la alfombra cuando cenamos, en exceso, pensando como cualquier humano de buena voluntad, que la tradición siempre posee unos límites que se encuentran encerrados en la eazón.

Un fuerte abrazo, querida María.

Amando Carabias dijo...

Como siempre llego tarde. Es mi sino, llegar tarde, siempre tarde...
Pasó la Navidad, pasaron los buenos deseos; pero siguen ahí, vigentes ambas canciones. Hace muchos años (y todavía no sé por qué me dejaban), la versión de "SOLO LE PIDO A DIOS" interpretada por Ana Belén me servía para catequesis.
Eran otros tiempos, en que la ilusión parecía posible, incluso dentro de la Iglesia, que todavía parecía creer que el salvador había nacido en una cueva, pobre.
Gracis por estas dos canciones y gracias por tus palabras que nos abren los ojos.