miércoles, 24 de febrero de 2010

SEVILLA, EN LAS VOCES DE ROCÍO JURADO Y PLÁCIDO DOMINGO



He estado buscando imágenes y canciones de Sevilla. Quería que reflejasen un poco de la belleza de esa ciudad tan llena de historia, literatura y leyendas. Brujulendo por Youtube, he encontrado este video con las voces de la gran Rocío Jurado y el enorme Plácido Domingo. Contiene unas imágenes que me han adentrado en la nostalgia de los días vividos allá, en compañía de unos amigos que han sido unos compañeros maravillosos. Algunos permanecen en aquella ciudad, tienen el privilegio de vivir en ella e incluso de haber nacido allí. Otros llegamos de diferentes lugares...Málaga, Segovia, Santa Cruz de Tenerife, Tetuán (Marruecos), Madrid... En estos momentos todos nos sentimos un poco sevillanos, estoy segura de ello. Y miramos con preocupación al río Guadalquivir, ese río espejeante y amplio que ha desbordado sus riberas por la provincia sevillana, además de por las tierras de Jaén y de Córdoba. Hemos pasado de la sequía más severa a la necesidad de desembalsar los pantanos, para que no revienten. Estamos habitando un invierno gris, frío, y lluvioso, mientras transitamos por una oscura crisis económica y social que nos tiene sumidos en una profunda sombra de tristeza y desesperanza, a casi todos los que nos encontramos viviendo en este país. Por eso hay que agarrarse a momentos hermosos, hay que hacer aflorar los recuerdos y dejar que nos llenen de luz. De todos los recuerdos que me nacen en este instante, en el que necesito iluminar mi senda, es el de Sevilla el que más me alumbra. Y no sólo por lo reciente que es, sino por todas las luminarias que se me trenzan dentro cuando me dejo ganar por los ecos de las voces de mis amigos... y de los pasos dados, junto a ellos, por Triana, por Santa Cruz, por la Macarena...Y ahora, tan sólo puedo pensar en una plegaria: que no crezcan más las aguas, que se detengan, que vuelvan a su cauce.

SEVILLA

Torres con alas de oro
que sueñan distancias.
Calles con sombras de siglos
y nardos de plata.
Cantes que arañan estrellas
que arañan el alma.
Noches reflejos de un rio
que quiso ser mar,
que quiso ser mar.

Sevilla,
verde claridad sonora.
Verde tierra, azul el aire
donde el agua adormecida
de una torre se enamora.

Sevilla,
verde claridad sonora.
De andaluzas soledades.
Fuego, nieve, llanto y cante.
Sevilla, Sevilla, Sevilla.

Cantes que arañan estrellas
que arañan el alma.
Noches reflejos de un rio
que quiso ser mar,
que quiso ser mar.

Sevilla,
verde claridad sonora.
Verde tierra, azul el aire
donde el agua adormecida
de una torre se enamora.

Sevilla,
verde claridad sonora.
De andaluzas soledades.
Fuego, nieve, llanto y cante.
Sevilla, Sevilla, Sevilla.

4 comentarios:

Amando Carabias dijo...

No gozamos de la fragancia del azahar, pero sí del aroma de las naranjas, gozamos del color de la ciudad, de los cascos de los caballos sobre el pavimento, del sonido de la música y el trasiego del tráfic, degustamos esas exquisiteces del buen yantar, pero sobre todo nos sentimos acariciados por la amistad.
Sí me siento un poco sevillano. Sí, sigo con temor la información, y espero que no vaya a más este sufrimiento para tantos.
Gracias María por traernos este espléndido regalo.

Flamenco Rojo dijo...

María, los vellos de punta y los ojos humedos recordando los paseos del fin de semana...Sevilla estaba contenta de tener tanta gente buena de visita por sus calles.

El Guadalquivir...con lo que lo queremos los andaluces, los disgustos que nos está dando.

Un beso.

Isolda Wagner dijo...

María, eso son palabras mayores. Vaya entrada de lujo. Los regalos del vídeo, la letra y tus palabras tan llenas de sentimiento, como no puede ser de otra forma, tratándose de tí.
Gracias por recordarnos una vez más estos días pasados y esperemos que definitivamente deje de llover.
Besos con las imágenes en la retina.

Maria Sangüesa dijo...

Sólo puedo decir que os agradezco mucho vuestros hermosos y evocadores comentarios. Y, que cuando os leo a los tres, me siento transportada a aquella ciudad preciosa y me digo a mí misma, como dicen Álvaro y Reyes en su blog, "Para vivir: Sevilla". Muchos besos y abrazos desde esta enorme urbe que me parece cada vez más gris y más lejana.